¿Cómo empezar a escribir? Supongo que esa es una inquietud que nos aqueja. En mi caso tal intríngulis suele tornarse siempre tan crucial que no sólo constituye un tema de mis textos sino el único tocado. Dado el escaso tiempo que le dedico a escribir -soy un poquiiito ansiosa- la mayor parte de las palabras aluden a esta gran dificultad. Como ahora. Trataré de torcer el curso de mi destino esta vez.
Hoy otra preocupación me abruma. ¿Sobre qué escribir una semana como ésta? La mayor parte de los comentarios que se oyen en la vía pública son referentes a la Copa América, a las elecciones del Domingo en la Ciudad. Y a mí se me ocurre venir para acá. Ja. Fin de cuatrimestre. Avalancha de sentimientos.
¿Qué hago? Me alieno en la multitud para escabullirme cual rata entre ellos. Un poco contradictorio. Cada vez creo más en la conducta cotidiana y su reflejo de la vida en su totalidad. A menudo, como durante mis paseos, me lanzo a aventuras complejas sólo para enfrentarme.
Qué año complicado para la creatividad. Es injusto que los pensamientos sean tan veloces en comparación a nuestras facultades físicas. No puedo más con este lenguaje. La mente es cruel. Y el arte es veneno y antídoto, conforma un círculo vicioso.