ASÍ FUI YO

RARA AVIS - Crónica de la evolución de la demencia de un ente que no quiere reconocerse como ser humano, ya que su misantropía y sentimiento de ser ajena a ellos la supera. ¿Quién saldrá victoriosa de esta tortuosa disputa por el control de la vida de la pobre joven? ¿La hipócrita que el mundo se merece o la sincera? ¿La tonta sacrificada o la harta solitaria? ¡Pasen y vean! Son bienvenidos... enjoy the damned show

II
Crónica de mi eterna espera al despertar, de la vida de Lara, una humana en un gran momento de transición, que dice odiar a la humanidad pero se ve fascinada por cada aspecto de ellos: el cuerpo, la mente, el alma... la locura, la sexualidad, la inocencia, los límites...
Huida garantizada.

viernes, 25 de febrero de 2011

silencio en la Corte

Una de esas noches aislada y por ende distraída. Distraída, ¿de qué? ¿de sus problemas? Si ella sabía cuáles eran. Si ella conocía sus complejos, sus debilidades. Pero tanto silencio en su cabeza hace que su corazón le pregunte a gritos por qué está así, por qué tan insensible, por qué está sumido en la nada misma, siendo el Universo algo que tanto le fascina.
Por qué cada tanto esos ataques de angustia existencial, ¿POR QUÉ? ¿Por qué tanto desapego? ¿Por qué esa necesidad desesperada de hacer algo creyendo que es la solución? ¿Por qué recuerda que no es así, si no tiene nada en su mente, nada que escribir, nada que contar, nada de nada?

Silencio y más silencio. Las palabras están demás. Pero todo parece estar demás...

¿Qué necesita?

miércoles, 23 de febrero de 2011

descripción atormentada


Unos ojos de color indefinido con mirada perdida, sus cavidades profundas. Cejas difusas, una frente sudorosa. Una nariz que se ve imposibilitada de ingresar aire, unos labios secos con capilares que hace rato no se ven invadidos por el torrente sanguíneo suficiente para otorgarles coloración, un cuello tenso. Una cabellera rala, opaca y amorfa, una espalda contraída, vértebras desviadas. Un pecho conteniendo un corazón cuyos latidos se suceden tan rápidamente que pareciera que el órgano va a estallar. Una piel pálida, un abdomen hinchado. Un sistema digestivo bastante alterado. Un sistema reproductor disfuncional. Piernas que tiemblan, hormonas desequilibradas. Pies que anhelan moverse desesperadamente y sin rumbo conocido.
Brazos caídos, dedos frágiles y flexibles, como de plastilina. Un cerebro con sinapsis llenas de neurotransmisores, de ubicación equivocada.

Una chica insomne, descompuesta, abrumada, que mira a la vida con excitación, temor, anhelo. Una chica quizás hipocondríaca, pero descompuesta y con intríngulis mentales. Una chica con ganas de tomarse un tren a ninguna parte, una chica que cree necesitar escribir, o es lo único que atina a hacer. Una chica con ganas de desprenderse de su enésimo exoesqueleto.

¿Una chica perdida en el tiempo y espacio?

Una chica somnolienta.

miércoles, 9 de febrero de 2011

infinito (Onda Vaga)


te espero en el infinito,

ahora somos caminos paralelos.


No encontré metáfora mejor,

no encontré destino más cruel...


que no verte, a ver...

si te puedo explicar.

Hay cosas que no me puedo cambiar.

Cosas que... no puedo ser.

Y te quiero bien.

Por eso...

te espero en el infinito,

tal vez seamos amigos... para siempre.

No guardo esperanza mayor.

Que volverte a ver...

por eso...


Qué ganas tenía de poner este tema, loco.

miércoles, 2 de febrero de 2011

reflexiones triviales sobre la felicidad

I

- Pero yo no soy infeliz, esa es la diferencia.

- Deberías serlo.


(extraído de un diálogo con un ser querido)

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II

Generalmente siento que no merezco la vida que tengo, entonces estoy expectante a que se termine, porque lo bueno no puede durar mucho. Entonces no la disfruto, para no encariñarme, porque ese pensamiento de inminente fin me entristece.

Sin embargo, ¿qué mejor camino para merecer la vida que disfrutarla, y que intentar mejorar otras vidas?
Desconozco.



(Reflexiones en el colectivo camino a casa después de una experiencia intelectualoide en Palermo viendo Somewhere... y tras ver una cara suplicante de un pibe de la calle en el subte, que me causó entre conmoción, bronca, impotencia, indecisión y miedo)