ASÍ FUI YO

RARA AVIS - Crónica de la evolución de la demencia de un ente que no quiere reconocerse como ser humano, ya que su misantropía y sentimiento de ser ajena a ellos la supera. ¿Quién saldrá victoriosa de esta tortuosa disputa por el control de la vida de la pobre joven? ¿La hipócrita que el mundo se merece o la sincera? ¿La tonta sacrificada o la harta solitaria? ¡Pasen y vean! Son bienvenidos... enjoy the damned show

II
Crónica de mi eterna espera al despertar, de la vida de Lara, una humana en un gran momento de transición, que dice odiar a la humanidad pero se ve fascinada por cada aspecto de ellos: el cuerpo, la mente, el alma... la locura, la sexualidad, la inocencia, los límites...
Huida garantizada.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

surrealismo


Buenos atardeceres. Hacía meses que no escribía, por motivos tales como la ausencia de inspiración. Pero claro, seguía teniendo sentimientos pugnando por aliviar el peso de mi corazón, y así fue como encontré otro medio, tan hermoso como la escritura: el dibujo. Vagas y humildes interpretaciones de imágenes ajenas fueron trazadas por mis lápices, revelando así otra porción de mí.
Y aquí estoy, en un café, sola, al cual jamás había concurrido. Desconozco el motivo concreto de mi cuasi-relato, pero siempre nos quedan las benditas hipótesis (y malditas), que producen las mentes para responder a triviales o profundas inquietudes. La realidad -o mi percepción de mis percepciones- es que estoy inútilmente abrumada de emociones... pero, ¡oh!, éste es un tema muy recurrente en mis escritos.

Ya se retiró el hombre de la campera de cuero que leía el periódico italiano. Mi café está apenas recién comenzado y miro a la gente pasar por esta transitada avenida. Y me distraje mirando el televisor por un momento, probablemente para romper la burda monotonía de este texto: estaban publicitando al humorista del que suelo ver sus programas.
Cada tanto me miro en el espejo, en el cual sólo puedo ver mi ojo izquierdo. Tengo cuatro libros aquí mismo: un posible regalo, un regalo suplente que quizás quede para mí y dos textos teatrales del mismo autor, que poseo desde hace años y recién lo estoy leyendo, y otras dos obras dramáticas que compré para el colegio (debía leer una de ellas). Pienso entonces en todo el dinero gastado, en el cielo nocturno, en lo deslumbrada que me sentía al mirar los libros, películas, revistas, videojuegos y cartas que ofrecían los puestos del parque.
Qué minimizada me sentí al pasar las páginas de los libros, al oír las historias de ciertas personas mientras mi vista recorría el panorama, al dirigirla hacia el firmamento, al recordar una y otra vez la inmensidad de la obra humana y de la cósmica.

(Retorno del hombre de campera de cuero)

Qué ignorante, qué absurda, qué vieja, qué joven, qué enamorada, qué helada... qué apasionada.

¿Cuál es la mayor satisfacción? ¿Tener conocimiento de la escasez de éste o creer en que lo poseemos en abundancia? ¿Entender todo o dejarse deslumbrar por lo desconocido?

¿Qué hace el artista? Sentada a las casi diez de una mañana lluviosa, acaso me lo preguntaba, quizás producto del asqueroso ocio de la espera a que abriera el Banco Provincia y pagar el sellado de mi D.N.I. ¿Es rasgo común del artista y del científico la observación? ¿Debe el artista captar la realidad, incluso la suya, y reflejar esa observación, o, al contrario, plasmar únicamente su incomprensible interior?

Desconozco. Ahora sólo "sé" algunas cosas:

- Hay una mini-lámina cubista en la columna;
- soy una incoherente;
- una inconsciente;
- una niña mimada por mi realidad económica;
- una ciega;
- me gusta caminar haciendo zig-zag por las calles;
- me expreso muy mal y hay potus colgando.


Verde.


Me voy a terminar el café. Tengo una manía con los números impares y la geometría.
Qué surrealismo barato: el látigo de la arveja soberbia.
Cuando en unos años lea esto, voy a decir: "Qué idiota".


Bueno... ya lo digo.



La fotografía me la tomó una amiga, a quien definitivamente le eché el ojo para este arte tan hermoso.

El escrito es del Viernes 4 de Septiembre, me encontraba en un barrio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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jueves, 24 de septiembre de 2009

buscando el rumbo... o los


¡Ahhhh!
Hoy fue un día raro.
(Uh, qué raro yo diciendo eso)
Todo es raro.

Bueno, está bien, admito que siempre digo que mi día ha sido raro. Pero la rareza de estos días fue particularmente rara.

(¿Cuántas veces escribí "raro/a" ya?)

Bueno, la cuestión es que he estado muy sensible, tanto física como anímicamente. También he sido favorecida con un rapto de inspiración desde hace alrededor de un mes, pero especialmente en estos días, dibujando y escribiendo. Serán boludeces, trivialidades. Andaré copiando dibujos de libros de cuando era chiquita, imágenes que circulan por Internet, lo que sea... pero al menos me sirve para que estos días de extraño automatismo no resulten tan negativos. Extraño automatismo, sí. Yo creo que ese es un término que se contrapone al de rapto de inspiración, el automatismo me parece desdeñable, pero la falta de sueño me está transformando en un ser automático. Mis pensamientos son cada vez más desordenados (como los de la ducha de hoy, que giraban en torno a demasiados temas) y mis sentimientos intensos.
Sabemos perfectamente que los pensamientos se suceden con mayor velocidad que los acontecimientos (sobre los cuales proyectamos, en realidad) pero mi caso me está dando miedo. Definitivamente no siento tener pensamientos brillantes ni mucho menos, son trivialidades, insisto, pero se dan con demasiada rapidez, algunos ni siquiera llego a captarlos en la conciencia.
Mi destino es cada vez más difuso, porque ni siquiera soy capaz de decidir sobre mi presente.
Me dedico a añorar mi pasado, pensando en que no lo aproveché como debería, mientras de esa manera desaprovecho mi tiempo presente provocando una añoranza futura de este futuro pasado.

Qué lindo es tener las manos llenas de polvillo de pasteles de colores :)

Y me interesan demasiadas cosas. Hoy me colgué mirando en el History Channel un programa sobre el Desierto de Atacama y me dieron ganas de estudiar Antropología, Geología, Geografía y Astronomía, entre otras. Después me colgué con un programa sobre la fabricación de cerveza...


Ay dios, tráiganme al cantinero de Wendy Sulca (para quien no la conoce, busquenla en YouTube)

Adiós


lunes, 21 de septiembre de 2009

sucesos en la plaza I


¡Ahhhhhhhh! Qué cansancio que tengo esta noche. Sí, ya sé, para variar.


Fue un buen día. Bueno, en realidad no tanto, pero yo estuve de ánimos, me tomé las cosas bien. En estas últimas horas mi ánimo varió considerablemente y numerosas veces.

Y, a decir verdad, fue una semana rara. Sí, ya sé... para variar.

Últimamente la gente me habla. Pero no cualquier persona, o sí. Gente rara, gente que siempre me llamó la atención positiva o negativamente, por uno u otro motivo, o... niños.


Ayer fue un día definitivamente curioso.

Iba a encontrarme con él, al lugar de siempre. Una plaza. LA plaza. Nuestra plaza. Iba a sentarme en MI rinconcito, en el canterito ése. Pero previamente lo observé y... había muchas hojas. Con hormigas grandes sosteniéndolas... y no iba a matarlas ni dejar que se inmiscuyeran entre mis ropas.

Estaba deliberando sobre dónde sentarme cuando oí una vocecita. Digo vocecita por la edad de la criatura de la cual provenía, no por su tono, porque a pesar de que se notaba la niñez, transmitía una seguridad de la que yo carecía y carezco casi totalmente.

Cuando vi la fuente de la voz, me sorprendí. Era una niña de no más de nueve años, creo yo... incluso estoy dándole más edad, supongo. Se parecía a una actriz pequeña, de la película "Escuela de Rock", pero es probable que la remembranza haya surgido más de la actitud que de un parecido físico.

¡Qué voz tan segura! Una niña de menos de una década de vida llamando a una niña mutante que está encerrada en un cuerpo mutante que lleva casi dos décadas contaminando el planeta Tierra (bueno, está bien, me faltan todavía un par de años, y lo agradezco) para informarle acerca de "un club para vender limonada, pero que le faltaban limones, porque a nadie de su familia le gustaban, ni siquiera a ella"... y pedirle ayuda.

Desconcertante. Raro. Tenía ganas de pedirle un poco de su seguridad, de preguntarle cómo hacía para encarar a una chica "grande" (como veía yo a los años de ella a las chicas de mi edad). Esa pequeña niña, valga la redundancia, o no, de cola alta y vincha violeta, me había inspirado. De pronto me vi sola, con un montículo de lo que nosotros, los que ya pasamos por esa edad, llamaríamos "basura"... lo que para ella eran las herramientas para llevar a cabo, para erigir su puesto de limonada. Estaba esperando a que ella volviera de ayudar, por fin, a sus ayudantas -valga la redundancia nuevamente-.
Sí. Es que la vi dando órdenes a una pequeña niña rubia, de tez bronce y ojos color caramelo, y a una niña de cabellos castaños, piel morena y ojos oscuros, y me planteé la omnipotente , retorcida y fantástica (en todo sentido) hipótesis de que en un futuro quizás esta niña, dado su poder de convocatoria y aparente sensación de superioridad, se transformara en una tirana comandante de un grupo de asquerosas populares sin personalidad, y de que yo, al invitarla a ayudar a las niñas, estuviera salvando a esas posibles futuras muchachas seguidoras de ella, y a otras sometidas por ella.
En un momento levantaron una caja de cigarrillos, y las miré fijamente y les dije: "Nunca fumen". La realidad es que sé que el consumo adictivo de éstos hace mal, que contienen nicotina y alquitrán, pero tampoco me estoy alejando de las personas porque fuman.
Les pregunté sus nombres. No sé por qué, pero me resultaba preciso conocer los nombres de mis pequeñas musas. Recuerdo claramente los de dos de ellas, pero la otra habló en voz muy bajita. M, la comandante, me desconcertó en el momento en que dijo, como si estuviera pronunciando un discurso: "Ay, esto de hablar da calor". Dato colgado: las tres niñas hablaban en ¿neutro?, diciendo cosas como "Guácaleee", producto probablemente de mirar los Backyardigans y etcéteras.
Por otra parte, M también me dijo que no había que tirar las cosas en el suelo, que estaba mal, con lo que estaba completamente de acuerdo -incluso le manifesté mi agrado ante su conciencia, consciente o inconsciente, de ello-. Sin embargo, cuando las tres pequeñas arrancaban hojas de un árbol al que le tengo un cariño particular, les dije que no me agradaba, que no había que destruir la Naturaleza...
Me sorprendió también cómo se organizaban, pero vi cierto desgano en las caras de las otras dos niñas, que estaban subordinadas a M, por lo que intervine diciendo a las tres que cuando se organiza algo, se tiene que tener en cuenta que todos estén de acuerdo en hacerlo, o al menos, que haya diálogo, que se consideren todas las opiniones.
Las niñas miraron atónitas, y las noté pensativas... afortunadamente. No sé si me entendieron, pero al menos pensaban... y eso no era poca cosa.
M me contaba que el proyecto de la limonada había sido su idea.
Y en un momento, no recuerdo qué encontraron, que me llevó a tirarles una idea, ante la cual se mostraron entusiasmadas y M entonces preguntó:

¿Quién está conmigo?

Y las otras dos chicas, esta vez con más ganas, le mostraron su compañía mediante un gesto con una de sus manos. Las apilaron una sobre la de la otra, cuando M me miró fijamente y me preguntó:

¿Y vos?

"Sí, yo también, claro"

"¡Entonces poné la mano!"


Y la escena fue extraña. Yo con una mano sobre la de las niñas. ¿La madrina de un proyecto totalmente utópico? Jajajaja... es más común de lo que creo, supongo.

Y mientras las esperaba con botellas, tapas, sorbetes sucios -ya les había dicho que eso podía servirles, pero que primero tenían que lavarlo-, ramas y hojas, él llegó. Ellas ya sabían que yo estaba esperando a alguien, entonces les comuniqué que él era a quien yo estaba esperando. Una le dijo algo a otra: no atiné a deducir qué, pero probablemente estuviera asombrada. Él notó la rareza de la situación y les advirtió que no era tan malo como parecía.

Comencé mi despedida. Cuando les dije que me iba, M preguntó en voz alta quién organizaría ahora que yo me había ido, y le comuniqué sobre sus habilidades para organizar, y les (al ver su cara decepcionada diciendo que habían hecho mucho trabajo durante ese día como para tirarlo todo por la borda) reavivé el entusiasmo con la idea de que hoy era el Día de la Primavera y que podrían montar hoy el pequeño negocio.


Le di un beso en la mejilla a cada una, y me retiré aún aturdida, hablando con él, contándole lo raro que se había sentido.

Me habían contado que frecuentaban esa plaza.

Ahora me pregunto qué habrá sido de sus ilusiones. Me pregunto si las volveré a ver, me pregunto qué será de sus futuros, y me pregunto, también, si alguna vez verán este escrito... si se acordarán, aunque sea levemente, de mí alguna vez... si sus "imaginaciones" serán capaces de plantearse todo lo que me hicieron pensar...

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jueves, 17 de septiembre de 2009

bizarreadas bizarras


Ja, me encuentro en una de esas madrugadas típicas en que no tengo nada para hacer, y en vez de dormir como necesito, me pongo a escribir pelotudeces.

Mi imaginación se está desarrollando de un modo curioso. Quizás esta sea la entrada que inaugure una nueva sección de cosas absurdas, sin utilidad alguna (aunque el cuento del zig-zag fue todo un precursor, si no el máximo exponente), ideas que surgen a modo "generación espontánea". Antes de dormir, o en una típica situación cotidiana y trivial.

Hoy presento un par de casos. Tenemos la clase de Geografía del Martes, la segunda y última con el profesor éste que parecía de máximo 25 y tenía 30, y se tocaba la nariz a cada rato, y decía "boom" hasta su propio hartazgo (?). En un momento dice "Bueno, digan qué hacer, y hacemos lo que quiera la mayoría".

Y se me cruzó por mi cabecita una idea totalmente absurda. "¿Qué pasaría si digo "COJER"?"... ¿hacemos una gran orgía? y si digo "Matar judíos", ¿vamos a matar judíos?

Y bueno, obviamente me hice toda la película de lo que podía suceder si decía esas pelotudeces. No soy sexópata ni antisemita, pero se me antojaron comentarios divertidos para decir en medio de una clase, espantar a un profesor suplente, sorprender a tus compañeros -los que te consideran una seria del orto, quizás- y obtener una suspensión si no expulsión de tu colegio.

Ya hace unos años, creo, que soy como Doug Narinas, el personaje de Nickelodeon, con el Hombre Codorniz. A partir de una mínima pregunta me hago toda una película de lo que podría pasar si reacciono de determinada manera (como en el acto del Día del Maestro, que mientras sonaba el Himno a Sarmiento -y yo tenía la copia de la letra, que me había dado mi ex profesora de Salud y Adolescencia y Formación Cristiana, a la que le tengo mucho afecto, por cierto..... y no podía zafar (aun así no lo canté, Sarmiento no es santo de mi devoción, ¿cómo va a ser EL GRANDE ENTRE LOS GRANDES?)-, que me imaginé que de pronto me saldría de la fila, y pararía el acto gritando "¿POR QUÉ LE HACEMOS TAL HONOR A SARMIENTO?!" y quizás haría algún movimiento bizarro, provocando así la ira de los profesores y las carcajadas de los alumnos). También me imagino interpretaciones hiperrebuscadas de preguntas que en realidad tenían respuestas muy simples, y me hago toda una situación de una maldita oración en voz pasiva en Inglés, etc.


Últimamente, entonces, tengo una imaginación rara. Lo mejor, es compartirla con mi compañera de banco xDD


Ah, el dibujo está hecho por un compañero mío, totalmente improvisado, pero yo le puse "Conde Orlok".

no, no es nostalgia


Yo tengo sueño.

Yo quiero y necesito irme a dormir, pero no sin antes decirte algo.

Ésta es una especie de carta abierta a vos, sí, a vos... que lo más probable es que no la leas nunca.

O tal vez, si alguna vez encontrás mi blog.

Mirá, no voy a dar muchos detalles. Tampoco me gusta ventilar estos sentimientos, pero no sé, sé que no es la mejor manera de decirte lo que no te dije hace tiempo atrás y debería haber hecho, pero necesito escribirlo, lo tengo dando vueltas en la cabeza desde hace muchos días.

Decir que te odio es muchísimo, extremadamente más hipócrita que decir que te quiero, porque, efectivamente, te quiero. ¿Acaso podría olvidarme de todos los momentos que compartí con vos? No, no.

Pero algo nos empezó a distanciar, y ahí caíste vos, en la joda. Yo siempre tuve errores, pero yo no hubiera querido lanzar al vacío un vínculo tan profundo por eso. Y dudo que vos hayas querido hacerlo.

En el momento en que ella me habló de tus actos -sí, nada más y nada menos que ella, a quien tampoco le pude decir todo lo que quería- sentí que mi mundo se desmoronaba. No sólo por lo que habías hecho, si no por todo: yo vivía en un puterío, y yo quizás tenía parte activa en ese puterío.

Decidí alejarme y nunca pude volver a mirarte de la misma manera. Bah, a verte. Y un día, en presencia de ellos, un día muy importante en mi vida, un día que me marcó, el día que conocí personalmente a alguien que cambió mi vida y casualmente gracias a un diálogo entre vos y yo, decidí preguntarte a vos y acabar con el tormento. Y me lo confesaste, y me sentí herida. Y te mostraste algo molesta con ciertos aspectos tuyos, pero me llegaste a reconocer que en el momento te acordaste de mí y aun así lo hiciste. Si había sentimiento u hormonas de por medio, ok. Pero ni siquiera...

Y ese día, por no tirar todo al tacho, no reaccioné como más tarde hubiera querido.

Y muchas veces lográs sacarme de quicio, como quizás yo a vos. Pero qué querés que te diga. Creo que los recuerdos pesan, y en definitiva, aah, cuesta decir esto. Todavía te reconozco, extraño a la amiga que tenía, pero sé que esos tiempos ya pasaron, creo que no van a volver, ni tengo intención de que eso ocurra. El tiempo se bifurca en innumerables caminos... Muestro tanta indiferencia para no quebrarme, porque esto me afecta, siempre me afectó.

Que tengas un buen día.

Lara... o Morguis, como prefieras llamarme.

PD: Estoy escuchando Poprocks&Coke, y me pintó el sentimentalismo. Yo sé que quizás en apenas unas 7 horas, ahí, se me despierte el instinto asesino, yo sé que quizás vos me odies, o no sé... pero bueno, estas palabras ni siquiera en esos momentos pierden vigencia.... y, ah, la foto tiene un significado especial (vos sabés que "esto es algo serio". Sé que fui reiterativa, y quizás fui suave, o quizás me faltaron cosas para decir...pero es lo que me salió.-



miércoles, 9 de septiembre de 2009

ghosts around me


Tengo muchos fantasmas rodando por mi mente. Algunos en mi espacio físico; otros en uno un poco más alejado, y hasta ajeno, y otros tantos inmateriales.

Cierta cantidad de ellos lleva nombre y apellido y pertenece al sexo femenino; otra, al masculino.


Otra cantidad es inmaterial: son los desarrollos de hipótesis, planteos, delirios engendrados por mi mente.


Otros fantasmas son meramente propios. Son mis demonios, mis facetas menos agraciadas y agradecidas, que jamás desaparecerán.



De una manera u otra, cueste lo que me cueste... con todos puedo lidiar.
Puedo lidiar con casi cualquier fantasma, me atrevo a decir.


(¿cómo no sentirme así? si ese perro sigue allí... (8))

Menos con vos.
Oso decir: si tan sólo fueras un fantasma, no podría lidiar con vos. Jamás.



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juguemos a las escondidas


Que la gente me hable desde su estado de "No conectado" es algo que me halaga y me da temor simultáneamente.

Me halaga que decidan no esconderse de mí, pero al hablarme desde ese estado tomo conocimiento de ese hábito de la persona y en otras ocasiones temo a su indiferencia, porque creo que muy posiblemente estén conectados, bajo ese estado y escondiéndose de mí.


Bueh, estar como "No conectado" es esconderse siempre, a veces de los otros, y a veces de una posible indiferencia ajena hacia nosotros.




Qué psycho.



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martes, 8 de septiembre de 2009

prioridades


Qué mal.


Qué mal preferir una paz aparente que acarree una angustia permanente,




a una felicidad inconstante y real a costas de una guerra importante y letal.-







círculo vicioso


El mal descanso-sueño/dormir mal definitivamente deja sus consecuencias:

-Vivir todo el día con un sueño atroz: los párpados se cierran, los ojos están irritados...

-Necesitar azúcar -y volverse dependiente a ellas- en cualquier momento del día, en todos los momentos del día...

-Problemas digestivos a causa de esa alimentación

-Siestas de entre diez y sesenta minutos que te hacen llegar tarde y con los ojos más cansados que antes a cualquier lugar -sea obligación, sea una salida con alguien-, o, lo que es peor, perder la clase/sesión/salida

-Necesitar café y volverse totalmente adicto a éste en cualquiera de sus variantes

-Padecer gula e inclinación a cualquier tipo de exceso con tal de estimular los sentidos y así comprobar si todavía se siente

-No tener la capacidad para resolver problemas matemáticos

-No tener la imaginación, excepto para delirios sumamente inútiles que acrecentan la estupidez diaria

-El cese del pensamiento: las sinapsis disminuyen, se hacen más lentas...

-Cierta incapacidad de sentir

-Cierta incapacidad de filtrar sentimientos con los pensamientos

-Agravamiento de la torpeza ya existente

-Lesiones en los párpados

-Sequedad de la piel

-Llegar tarde a todos lados, principalmente si tenés alguna obligación a la mañana

-Discutir con todo el mundo

-Aburrirte y aburrir al resto

En síntesis, el mal descanso acarrea la transformación de tu ser pleno o en camino a la plenitud, en un ente auténticamente autómata, que ya no disfruta y pierde la conciencia de todo, pierde su imaginación, sus sentimientos y sus pensamientos...

UNcomfortably Numb.


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viernes, 4 de septiembre de 2009

zig-zag, zig-zag, zig-zag _ falso zig-zag, escalera perfecta (false zig-zag, perfect stairway)


Cuéntase la historia de una muchacha muy ociosa y obsesionada con la estupidez y la geometría. Ah, también se expresaba mal. Este especimen, en una de sus charlas nocturnas con su madre, le comentó algo que supuestamente era un hallazgo: que desde la calle en la que vivía a la calle de su colegio existía la misma cantidad de cuadras que desde la primera que la corta (desde su casa) hasta la más próxima de las calles que bordean a su colegio -que, a su vez, corta a la calle de su colegio, siendo perpendicular-. Este planteo, expresado más abstractamente, es de la siguiente forma:

"El segmento C es paralelo al segmento F. El segmento T es también paralelo al segmento P. Entre C y F existe la misma distancia que entre T y P. P es perpendicular a C, por tanto también es perpendicular a F; y T cumple la misma condición con respecto a ambas por ser paralela a P. El segmento que se encuentra al Oeste de T es E, y al Este de P se encuentra R. Entre E y T, existe un punto casi equidistante, el cual es D, que afecta a F; y entre P y R hay un punto casi equidistante que afecta a C, el cual es S."

Y la muchacha, que había dicho esto con un léxico sumamente cotidiano, como narré anteriormente, continuó: "Entonces, al hacer zig-zag, no me sobra ninguna cuadra". El efecto superaba a la causa: su semblante denotaba un asombro que de ningún modo práctico y útil con el que se analizaran sus enunciados podría haber surgido de éstos.

Su madre no comprendía absolutamente nada. Principalmente, la expresión de la muchacha. Replicó:

- Boluda, ¿cómo no va a haber la misma distancia? Obviamente, ¡hagas el camino que hagas para llegar al colegio vas a hacer la misma cantidad de cuadras! A menos que tengas alguna diagonal, no sé...

La muchacha no comprendía la incomprensión de su madre. Intentó explicarle nuevamente, esta vez dando un ejemplo, que ya expreso traducido al abstracto:

-Por ejemplo, si tuviera que ir a un punto K del segmento P, comprendido entre el segmento U (paralelo inmediato Oeste de F), y F, no podría hacer un zig-zag sin que me sobren cuadras... porque entre el segmento P y el segmento T se encuentran los segmentos A (Este inmediato de T), L (Este inmediato de T) y J (este inmediato de L). No existe la misma cantidad de cuadras entre la primera y la última que tengo que cruzar "verticalmente" (T y P, respectivamente) y U y F (sólo debo cruzar F).

La madre ya estaba exasperada. En medio de un ataque de risa, con la cual probablemente expresaba lo patética que sonaba su hija, llamó al padre, quien al escuchar los mismos planteos, dijo graciosamente:

-¡Pero, es lo mismo! Digo, a menos que camines una cuadra para atrás, des una vuelta manzana, o atravieses los edificios haciendo una diagonal...

La piel del rostro de la muchacha ya había adquirido un notable tinte rosado, fruto de los nervios y la impotencia causada por el hecho de que ninguno de los dos la entendía. Se lo repitió varias veces a ambos, hasta que su padre, con una gran dosis de imaginación, le comunicó de una manera mucho más clara lo que ella estaba queriendo decir.

"Claro, vos decís que no caminás más de una cuadra por calle, al hacer zig-zag hasta llegar al colegio, ¿no?"

¡Por fin! La muchacha se sintió reconfortada. No estaba loca -o al menos no tanto-, ahora tenía la certeza de que simplemente se había expresado mal. La madre, tras escuchar al padre, comprendió, y la hija se retiró con una sensación de alivio. Afortunadamente las preocupaciones del día se habían disipado de su mente para dar paso a algo tan estúpido como el planteo que recién acababa de hacer. Le entusiasmaba la idea de que finalmente ellos lo habían comprendido.

La frustración que antes había sentido tenía su origen en la casi cotidiana exposición de teorías suyas acerca de resolución de problemas, o simplemente preguntas, que no solían ser entendidas por la mayoría de sus compañeros y suscitaban permanentes "¿Eh?", "¿Ah?", "No te compliques tanto", y no precisamente por incapacidad mental de éstos si no por la tosca habilidad para expresarlas de la muchacha. Esas interpretaciones rebuscadas le habían acarreado en numerosas ocasiones no sólo errores en ejercicios y evaluaciones, si no en la vida misma. Y eso era lo que más le molestaba... por lo que decidió poner en marcha un experimento y un paralelo proceso de perfeccionamiento gramatical, semántico y sintáctico.

Decidió hacerle este planteo al ser que ella creía que tenía la mente más similar a la suya, para saber qué interpretaba. El muchacho interpretó lo mismo que sus padres, hasta que finalmente comprendió, y le dijo:

"No te expresás mal. El tema es que, tanto tus viejos como yo, le buscamos la vuelta útil, y ... no tiene"

Efectivamente. Ella repuso que no tenía ninguna cuestión práctica. Caminaba de esta manera para que el trayecto no se le hiciera tan pesado, tan monótono. Aun así, el hecho de doblar en cada esquina, llegando así a su colegio sin tener que caminar más de una cuadra por la misma calle, suponía una cierta monotonía: la de repetir un patrón.

Solía hacerlo cuando salía muy tarde de su casa, ya que, al ser más ameno, no le preocupaba tanto el tiempo en el que recorría estas distancias.

Le aquejó la frustración de que la mente más parecida a la suya que había conocido jamás, no la hubiera comprendido ni bien expuso ese planteo retorcido. Quería ver si alguien era capaz de interpretarlo desde el punto "no a la monotonía", por lo cual repitió la experiencia con su compañera de banco y amiga, nada más y nada menos que durante la clase de Matemática, en la cual practicaban ejercicios de trigonometría, y con un amigo. A su mejor amiga se lo explicó con numerosos ejemplos, incluso con el del trayecto a su propia casa -la casa de su amiga era el punto casi equidistante de este "zig-zag" entre la casa de la muchacha y el colegio-, pero lo comprendió finalmente cuando le dijo la sencilla y adecuada frase "Doblo en cada esquina, y no camino más de una cuadra por la misma calle". M, su amiga, estalló en risas por lo absurdo del planteo que había recibido, del que había sido una inusual víctima. La muchacha no había tenido demasiadas esperanzas de que su amiga le entendiera su planteo desde ese punto, sin embargo, intuía que la iba a acompañar en el delirio cuando lo comprendiese. Luego intentó explicárselo a su amigo, que tenía escasa paciencia y al cabo de unos minutos perdió los estribos mientras la muchacha dibujaba en el pizarrón, y empezó a hablar de metros cuando no era necesario. Y se sumaron más a la escucha, pero ella no quería compartir esa inútil experiencia con muchos.

Y tan sólo un absurdo planteo desembocó en una sucesión de delirios que aún hoy persiste (como haber vuelto del colegio haciendo "zig-zag" con su amiga por las calles y girar intentando hacer ángulos de 90° en cada esquina, y dictaminar que caminar dos cuadras por la misma calle constituye un sacrilegio) , y dio lugar a este absurdo relato, cuyas intenciones al estar siendo escrito son absurdas y grotescas.-


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Sólo tengo algo para decirme, y es: ¡NERD!


Ahhh... dedicada a todos aquellos que aparecen en el relato, aunque sé que varios no lo leerán, y a Borges... y a la profesora de Matemática que aparece indirectamente.


Fantasías


Fantasías delirantes, avergonzantes, y, lo mejor, compartidas.







Algunas también son aisladas.



Sé que este mensaje posee doble sentido, o así puede ser visto. Ésa es en parte la gracia, y, les aseguro (?) que depende del punto de vista en que lo vean... me estoy refiriendo al peor de los sentidos, al más absurdo.-


Contra la corriente


Personajes:

Profesor (Sistema de Información Contable)

Alumna

Alumna M (compañera de banco y amiga de Alumna)

(Aula con aproximadamente unos quince adolescentes en las cercanías de la mitad de sus segundas décadas de vida, día 4 de Septiembre de 2009. Charla general del curso con el profesor que se conoce todo el barrio y te ve en cualquier lado -un Big Brother inconsciente y con nombre y apellido sabido por el pueblo-, sobre las relaciones amorosas y de atracción sexual en la segunda y tercera década de vida)

Profesor: (Con convicción) - Porque claro, a esa edad, salen con el chico porque les gusta, con la chica porque les gusta... ¡y qué van a hablar!

Alumna (levanta la mano tímidamente)
El Profesor le da la palabra

Alumna: (Con voz demasiado fuerte) -Pero, profesor, ¡yo me aburriría terriblemente si saliera con alguien con quien no se puede mantener una conversación! Me aburro sin hablar...

Profesor: -Y sí, está bien, pero por eso vas a tener problemas. Vas a ver, que en un futuro vas a tener a muchos en contra, te van a decir que estás equivocada, todo porque vas en contra de la corriente, porque estás sosteniendo tus valores.

Alumna M: (Irónica) -Ah, no, no, ¿vos contra la corriente? ¿Cuándo?


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...(8) siempre seguí la misma dirección, la difícil, la que usa el salmón (8)...


...(8) huyo de la multitud y no me electrocuto en la corriente (8) ...




No siempre huyo de la multitud, me puedo electrocutar en la corriente. Y a veces sigo la dirección fácil, simplemente porque da la infame casualidad de que surge de mí hacerlo; en ocasiones, por cobardía.

Pero bueno, la charla ameritaba un comentario sobre ella. Yo: ni lo suficientemente friki para los frikis, ni lo suficiente normal para los normales.


Bueno, no es grave.