ASÍ FUI YO

RARA AVIS - Crónica de la evolución de la demencia de un ente que no quiere reconocerse como ser humano, ya que su misantropía y sentimiento de ser ajena a ellos la supera. ¿Quién saldrá victoriosa de esta tortuosa disputa por el control de la vida de la pobre joven? ¿La hipócrita que el mundo se merece o la sincera? ¿La tonta sacrificada o la harta solitaria? ¡Pasen y vean! Son bienvenidos... enjoy the damned show

II
Crónica de mi eterna espera al despertar, de la vida de Lara, una humana en un gran momento de transición, que dice odiar a la humanidad pero se ve fascinada por cada aspecto de ellos: el cuerpo, la mente, el alma... la locura, la sexualidad, la inocencia, los límites...
Huida garantizada.

sábado, 16 de febrero de 2013

una nueva y aburrida catarsis de mi ansiedad


"... La chair apunta a otra dirección: hacia la plenitud de la vida. No permanecemos chair. La chair sólo es un elemento del ser. Hacemos permanentemente de nuestra propia carne una fuente de vida... "*, dice el texto que estoy analizando. No entiendo qué carajo es la chair. Este artículo es demasiado filosófico y poético para una persona que la única chair que conoce es la silla. Yo no puedo estudiar, es como si leyera entre líneas y no precisamente algo que pueda contribuir a la interpretación crítica de los contenidos del examen final próximo a rendir. Mientras leo sobre teoría de las multitudes, insurrección y antipoder (problemáticas por demás interesantes), escribo a toda velocidad en un papel imaginario, hago anotaciones marginales absolutamente desvinculadas de lo que estudio, frases que se pierden en impulsos eléctricos y que en momentos como este intento evocar... Cruzo pie por delante, abro, cruzo por detrás, abro... me miro los pies y no entiendo cómo una secuencia tan simple de movimientos puede resultarme tan dificultosa. Recuerdo entonces que nunca me moví grácilmente, que siempre fui tosca, que la inteligencia corporal no me tocó en suerte (esa inteligencia tan frecuente y valorada en "la sociedad"). No creo que sea resaltada su presencia en la misma magnitud que su ausencia: la carencia de ella despierta el asombro. ¿Cómo es posible tal torpeza? La solución, dicen, es relajarse... como si a especímenes como nosotros esos movimientos pudieran brotarnos de manera casi automática.
 "... En el desarrollo de las formas de vida nos descubrimos como multitud de cuerpos y nos reconocemos en cada cuerpo una multitud de moléculas, de deseos, de formas de vida, de invenciones...". Tengo que seguir leyendo, pero no puedo, necesito huir. Mis dedos están exquisitos hoy, todos los días lo están. No puedo mordérmelos y leer con atención en simultáneo. Soy un volcán de energía, si se me permite incurrir en un cliché tan básico. Quiero bailar. Pero si llego a hacerlo me voy a sentir ridícula y encima culposa, estoy a pocos días de rendir y no llego ni a leer una página por día. El problema es que si sigo leyendo, voy a seguir pensando aceleradamente. Mejor enciendo la computadora y miro giladas en Facebook, cagándome en la insurrección de la que tanto leo y agradeciendo el calmante que proporciona a mi ansiedad esa página web, aunque me desilusione la conciencia de su capacidad narcótica.
"... Quizás podamos, mezclando la chair con la inteligencia de la multitud, engendrar a través de una obra de amor una nueva juventud para la humanidad...". 

* Los fragmentos citados corresponden al artículo "La multitud contra el Imperio", de Michael Hardt y Toni Negri, Revista OSAL Junio 2002.

un auto-bardeo más


Las pantuflas húmedas, la campera raída, las medias agujereadas, los corpiños añejos, las medias de encaje perdidas; los algodones con agua, los cristales sucios, los ojos irritados, las patadas al hígado, las ojeras maquilladas, el cabello erizado, los dedos mordidos, los dientes amarillos y desnivelados, el flequillo tapaojos, los movimientos duros; la billetera vacía, las motos con comida; el colesterol acumulándose, la seguidilla interminable de mates; la cobardía presente, la exageración, el talento jugando a las escondidas, el aislamiento por comunicación; los libros sin terminar, los apuntes sin tocar, las enumeraciones heteróclitas, las películas pendientes, la vida pendiente.