Ay del pasado, vil excusa para justificar nuestro comportamiento.
Ay del destino, vil consuelo para no desfallecer de angustia.
Ay de la cobardía, vil enemiga de la fuerza de voluntad.
Ay de la soledad, vil amiga del cobarde.
Ay de la exageración, vil causa del hundimiento.
Ay del hundimiento, vil excusa para justificar nuestra pasividad.
Ay de la pasividad, vil conducto hacia el despilfarro de instantes.
Ay del despilfarro de instantes, vil pérdida irrecuperable de vida.
Ay de mí, vil y asquerosa intelectualoide.
Ay de la concha de la lora que me quedé sin "inspiración".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
PALOMAS MENSAJERAS