ASÍ FUI YO

RARA AVIS - Crónica de la evolución de la demencia de un ente que no quiere reconocerse como ser humano, ya que su misantropía y sentimiento de ser ajena a ellos la supera. ¿Quién saldrá victoriosa de esta tortuosa disputa por el control de la vida de la pobre joven? ¿La hipócrita que el mundo se merece o la sincera? ¿La tonta sacrificada o la harta solitaria? ¡Pasen y vean! Son bienvenidos... enjoy the damned show

II
Crónica de mi eterna espera al despertar, de la vida de Lara, una humana en un gran momento de transición, que dice odiar a la humanidad pero se ve fascinada por cada aspecto de ellos: el cuerpo, la mente, el alma... la locura, la sexualidad, la inocencia, los límites...
Huida garantizada.

domingo, 18 de enero de 2009

Introducción a mi Pensamiento



7 de Enero de 2009.


Vacaciones de Verano. Segunda semana de Enero, si no me equivoco. ¡Nuevo año! Estaba leyendo recién un breve texto que había escrito en el receso invernal pasado, tan propicio para la reflexión como este tiempo, en que el ser existencial que habita en lo más recóndito de mi ser, y que suele enviarle mensajes a través de un código inteligible a otra zona de mi cerebro, o bien a una fuerza nómade e intermitente llamada inspiración, durante las madrugadas, impidiéndome dormir mediante una colisión de pensamientos carente de sentido explícito, ya que éstos son de índole demasiado diversa; o bien diciéndome a gritos "¡No, Lara! ¡No tardes! ¡Largate a escribir ahora... aprovechá cuando soy más o menos entendible, por favor!", se hizo presente más que nunca. Es cuando decidí encender la máquina (y aun más estos días en que estoy sin Internet y por tanto me distraigo menos para escribir o leer, aunque me juega en contra en mis planes de dibujar una extraña secuencia con piezas de ajedrez -de hecho, tengo muchas ganas de aprender a jugar a ese deporte mental, entre otras cosas-, así como obstaculiza mi intención de comunicarme con ciertos entes cósmicos (escasos, por cierto), que comprenden las disputas que surgen en el mundo que soy (sí, soy un mundo, ¿y? ni yo sé por qué motivo me pongo a la defensiva), ¡e incluso comparten algunas de ellas! Es realmente una conexión mágica, que me da las esperanzas de creer en algo sobrenatural - ¡qué texto tan largo entre paréntesis!-) y crearme un ambiente que favorezca el fluido de la fuerza que me rige.
Antes de comenzar a explayarme verdaderamente, quisiera explicar que... huy... me colgué pensando y ya me olvidé de lo que iba a explicar. ¡Ah, sí! Que hoy me volvió a pasar eso que no me acontecía hace mucho, que es que mis pensamientos naturales aparezcan en mi mente a modo de texto ya escrito. Son las 04.46 a.M., habrá apenas transcurrido una hora del comienzo de mi vacío existencial y ya mi ánimo viró de modo rotundo. Mejor dicho, algo así como "analógicamente"... varió constantemente, pasando por numerosos estados. En principio, haber sentido que la Vida no tenía ningún sentido en absoluto, ya que la Muerte puede sorprenderme en cualquier momento, probablemente dejándome inerte y con mis sueños sin cumplir; con el sólo legado -que en realidad no es poco- de haberles hecho bien a algunas personas, de haber escrito un par de textos locos e inconexos entre sí y con esas mismas características dentro de cada uno; aunque sea conociendo el Misterio de la Muerte, que sin duda ha movilizado al ser humano desde los albores de su existencia. He aquí el maldito dilema: la existencia. El "sin sentido" de la Vida no es el que me tiene en vilo, si no más bien el de esta última, dado que me parece realmente espantosa la idea de que la Vida es sólo un estado de la materia (biológica y astronómicamente hablando, claro) y que algún día no sólo el planeta Tierra va a cesar de existir, si no también el Universo. ¿Qué pasará en ese entonces? No sé. El destino del Universo realmente escapa a mis poderes, ¡pero más lejos aun escapa el principio del Universo!; ¡su existencia!; ¡sus orígenes! ¡lo precedente al Universo!; ¡sus límites!; ¡su inmensidad!; ¡la pequeñez del ser humano!; ¡mi propia pequeñez!. A veces nace la idea en mí de que esos pensamientos sólo pueden nacer de mi mente, pareciendo así egocéntrica por el hecho de sentirme demasiado única; así como muchas otras (mentira, al mismo tiempo lo pienso, u otro país de mi propio mundo lo hace) creo que esa incertidumbre ha aquejado a todo ser humano pero ha desistido y resuelto desenvolverse en la vida hasta donde sus manos, sus pies, sus sentidos y su mente alcancen, siendo ésta una decisión inteligente, y que yo sólo soy una estúpida que sufre de locura como una enfermedad, que debe ser medicada y goza de la idea de que si bien tiene apariencia física humana no pertenece a los Homo sapiens sapiens para escaparle a ese vacío existencial del que es presa.
Estoy harta de escuchar/leer/percibir con cualquier otro sentido, la frase "El sentido de la vida es vivirlo". ¡No tengo la mínima idea del sentido de la vida! La idea de la muerte me aterra y por ese motivo no comprendo en absoluto a quien tiene deseos suicidas, si bien alguna vez, muy remota ya en mi existencia, los tuve. Dudo que sea por intolerancia: comprendo que muchas veces la realidad nos agobia. Pero... ¡la vida es la única posibilidad que tenemos de SER (dudo que de EXISTIR no haya otra! ¿Cómo es posible despreciarla? Mi mente quizás sea demasiado básica y no lo comprenda, aunque también es probable que a causa de haber considerado grato el hecho de morir -no de suicidarme en verdad, además de que nunca cometí un intento físico jamás consideré la posibilidad de hacerlo... con "deseos suicidas" me refería sólo a un día en que estuve muy triste y, siento todavía católica, le rogué a aquel Dios que me llevara- y haber superado ese momento y experimentado nuevas sensaciones, ella ha crecido y entendido lo suficiente como para descartar rápidamente la idea de acabar con la vida.
Entonces, ¿por qué sigo viva? Si no le encuentro sentido a vivir... Pero, como expresé anteriormente, también amo la vida. Con el tiempo, aprendí a ser feliz en situaciones tales como viajar en colectivo parada, apretujada y cruzando un puente bastante inestable y en el que reina un olor desagradable. ¿Cómo esa experiencia puede hacerme feliz? Basta con mirar el cielo: esté la atmósfera llena de cúmulos; iluminada fervientemente por el Astro Rey; dejándose ver de un celeste turquesa increíble y con sólo algunas nubes... En verdad, todos los estados del cielo me resultan hermosos. No sé si estaré totalmente loca o qué, pero lo que me gusta no es admirar sólo uno. Lo que me intimida y me inspira admiración es la atmósfera misma... además de la belleza de las formas que posee y de los colores que adquiere, claro. Díganme soñadora, quizás, pero veo hermosura en cosas en que frecuentemente no se la ve. De igual modo, no veo hermosura en cualquier lado. Un tumor no es hermoso. Un VIH tampoco lo es. Pero lo que siento se acerca más a la fascinación que a la hermosura, probablemente. La naturaleza -y muchas veces lo creado por el hombre también- me hace subyugarme. ¿Células carentes de funciones que se multiplican desordenadamente? ¿Un virus que, ni siquiera teniendo vida propia, ingresa a una célula a modo "mito del Caballo de Troya"? Creánme o no, pero soy filántropa y misántropa simultáneamente. ¿Cómo es eso? Creo que el hombre es maravilloso. Ha creado cosas realmente asombrosas, desde ciudades, pasando por artefactos tecnológicos y llegando a obras de arte; ha llegado a manipular a la Naturaleza a su favor. Pero, ¿acaso también no ha destruido, no ha sido egoísta, no ha abusado de la Naturaleza... no ha sido inferior incluso a Ella? Seré, definitivamente, un ente demasiado sensible, como para sentir emociones tan extremas por todo, o casi todo.[...]

1 comentario:

  1. En verdad sí entiendo eso de amar la vida pero a su vez pensar que carece de sentido. La vida comienza siendo una hoja en blanco que vamos escribiendo infatigablemente; algunos se les agota la tinta, otros, tienen faltas. Estos pequeños percances nos hacen quedar atrás y, muchas veces, querer volver a empezar todo en limpio; pero lógicamente es imposible que aún borrando todas las palabras no se transluzcan sus vestigios. Por cual la vida parece ser vacua de sentido, pues ¿acaso no haremos más que escribirla y volverla a borrar para que el pasado vuelva a caer agonizante en nuestras espaldas? Los soñadores la viven sin saber el guión, los actores la interpretan sin sentirla, y los incomprendidos la leen sin saber porqué. Ahora, lo que escribimos, tenemos la carga de escribir nuestra vida y escribir la de millones de espectros sin rostro más, ya que cuando escribimos, inconcientemente le estamos sustrayendo vida a la muerte.
    Te dejo un saludo...debo confesar que tu texto me inspiró x)

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