ASÍ FUI YO

RARA AVIS - Crónica de la evolución de la demencia de un ente que no quiere reconocerse como ser humano, ya que su misantropía y sentimiento de ser ajena a ellos la supera. ¿Quién saldrá victoriosa de esta tortuosa disputa por el control de la vida de la pobre joven? ¿La hipócrita que el mundo se merece o la sincera? ¿La tonta sacrificada o la harta solitaria? ¡Pasen y vean! Son bienvenidos... enjoy the damned show

II
Crónica de mi eterna espera al despertar, de la vida de Lara, una humana en un gran momento de transición, que dice odiar a la humanidad pero se ve fascinada por cada aspecto de ellos: el cuerpo, la mente, el alma... la locura, la sexualidad, la inocencia, los límites...
Huida garantizada.

viernes, 1 de enero de 2010

Otro asqueroso balance del año Parte II

Lo transcribí porque realmente forma parte de mi 2009. El 2009 fue un año que empecé melancólica, totalmente expectante, nostálgica, y llena de otras emociones contradictorias. Me recuerdo tomando vino y hablando impregnada de esperanzas de mis proyectos con mi viejo, diciéndole que el año que empezaba probablemente fuera el del "Artista", haciendo referencia a ambos.
Mirando en retrospectiva, no sé qué pensar. Fue el año de lo nuevo, definitivamente. Debo reconocer que no salí de mi miseria, pero experimenté muchas cosas. En Enero, los encuentros con él que pasaron de la "clandestinidad" a lo "legal", vagar por Parque Rivadavia, tomar café con leche en la infame pizzería, ir a la fonoaudióloga, mi primera y única vez en una pista de hielo, un intento de robo que pasó al conocimiento popular, sacar fotos en la plaza del barrio; darle oportunidad a una amistad incipiente y arriesgarme a encuentros con personas que había conocido vía MSN. Los bosques de Palermo, el balcón y la reasignación de un significado al extraño CD "Dark Side of the Moon", intentar vencer mi timidez teniendo un diálogo bastante prolongado con una chica que acababa de conocer en una fiesta y con quien increíblemente sentí afinidad, la cual hoy prosigue; crisis existenciales y vagabundeos por las calles del barrio al son del CD "The Piper at the Gates of Dawn", disfrutar del aire, encuentros con amigos, vidas pasadas. Más allá de las fotos digitales de ese mes, aún conservo el dibujo de un fénix, una grulla, un mazo de cartas Magic y el MSN de la chica que conocí en la fiesta. Como banda sonora... ya hablé de Pink Floyd al mencionar dos de sus discos -ambos emblemáticos a mi criterio- y tenemos el tema "En el hospicio" de Pastoral. Si hacemos referencia a la literatura, hablo de "El Fantasma de la Ópera" y "Él Túnel".
Aunque me estoy olvidando, claro, de mi extracción de muela y mis noches con hielo en la mandíbula, con mi boca apestando... y revoluciones dentro mío, en mis órganos.
En Febrero comenzó mi época cinéfila que espero que no se acabe. O quizás la retomé. Fue la segunda vez en el año que fui al cine, y la primera vez que fui con él. "Cuentos que no son cuento" terminamos viendo tras ir al Cinemark Caballito improvisadamente. También fue el turno de "El curioso caso de Benjamin Button" (qué raro que llegué a verla en cine) y de los Nescafé esos de máquina, de varios gustos. Y la época del auge de mi conexión extraña con los niños pequeños (¡vaya exceso de eñes!). Colectivos, largas caminatas, Lara en el cielo con diamantes, Campos de fresa para siempre, gnomos. ¿Libros? No recuerdo, sé que estuve leyendo pero no qué.... quizás haya empezado 1984, que me dio vuelta el marote.
Marzo... da... Marzo. Ese mes al que le guardo un recoveco especial, porque desde hace un par de años siento que me cambia mucho. Y bueno, con Marzo di por terminados mis dos meses de tranquilidad. Increíblemente el fin de mi tranquilidad coincidió con el fin del verano, por primera vez. Solía detestar el verano, pero este fue especial. De hecho, creo que son los únicos dos meses que podría detallar tanto. Porque de Marzo en adelante no guardo recuerdos muy agradables, en verdad, fueron épocas completamente intermitentes. Aunque ustedes hayan seguido algo mi vida de este año por este espacio o bien porque me conocen, o capaz porque me espían a modo psycho, uno nunca sabe. Casualmente, algo que me olvidé de Enero es la creación de este "Chronica Dementiae". Volviendo a Marzo: música árabe sonando en mis oídos, cafés -sola y acompañada-, lectura (recuerdo a Demian y quizás haya sido el nacimiento de Nástenka en mi vida -Noches Blancas, cuento largo de Dostoievsky-)... Ahh, qué idiota, había olvidado una experiencia nueva: leer un cómic. Bueno, está bien, todavía no lo terminé, pero es que me da mucha paja leer en la máquina. Fue "Watchmen" y los 9 o 10 capítulos que llegué a leer se desarrollaron ante mi vista en una noche que incluyó la madrugada -y una hermosa cucaracha-, una siestita en el sillón y en la cama de mis viejos por... ¿dos horas? Levantarme temprano, ducha, ser la única mina entre todos tipos en el Abasto (para variar, pero esta vez era una salida nerd), película, colectivo, capelettinis... casi dormirme arriba del plato... despertarme de pronto en la madrugada con sensación febril. Estar enferma hasta... empezar las clases. Sentirme aislada del curso, sola con mi compañera de banco en el PRIMER BANCO DE LA PRIMERA FILA. Cómo odiaba esa ubicación... y tener en la otra punta a ellos, a quienes sentía distantes, no comprendía su comportamiento y temía perder el vínculo que nos unía. Problemas en la comunicación con él, primera vez que viajé en subte sola y me pasé de estaciones, seguí una corazonada suya. Replanteos... frustraciones con relojes.
Por esos meses también me aventuré a otro encuentro en Palermo, esta vez conocí a un amigo de él con quien también todavía me llevo y espero seguir llevándome. Andanzas universitarias. Altercados con especímenes de alto nivel de repulsión de mi entorno colegial. Disyuntivas. Distancias. Celos. Resentimiento. Desconfianza. Fantasmas del pasado.
Mi primera vez en el mundo de los juegos de rol: casas de gente que conocía hace poco, viajes en colectivos nuevos o poco frecuentados para/por mí. Zona de Congreso, llegué al lugar para jugar y me encontré con una sorpresa: un nuevo integrante en el grupo y nadie me había avisado. Genial, otro más delante de quien realizar un horrible desempeño en rol... Bueno, por lo menos terminé llevándome bien con él. ¡No resultó tan amenazante como creía! Mate cocido antes de jugar, tras mi semana de descompostura en el colegio juuusto antes de una prueba que me resultaba terrorífica; almendrados. Capítulos de Héroes, ingestión de Ferrero Rocher...
Casa de mis abuelos, cuentos de Oscar Wilde y de Poe, gatos negros, más capuccinos sola y cafés acompañada. Feria del Libro con un dúo de cubitos de hielo con los que me reí y mucho; me salí con la mía. Más disyuntivas. Andanzas con él por Parque Rivadavia, cehtro. Espejos... Película de esos meses: "Los Amantes del Círculo Polar".
Llegamos al receso de Julio y la infame "Gripe A". Pero pará, porque me olvidé de hablar de algo. En realidad no me olvidé... decidí dedicarle al menos un párrafo a esto: las diferentes muertes que azotaron estos meses. El 2009 me trajo muchas experiencias nuevas y la Muerte decidió no mantenerse lejos de ellas. Se quiso expresar ante mí y hacerme reflexionar y se llevó a tres personas de mi entorno. Una de mi entorno familiar, la otra del barrial y la última que recuerdo del año, del colegial. Diferentes fases de un mismo entorno: algunas más cercanas, claro, pero todas me llegaron de cierta forma. Creo recordar que la primera fue la de mi abuelo, en Mayo. Me acuerdo de que ese día había visto en Derecho el fin de la existencia de las personas físicas. Curioso. Cuando mi vieja me lo dijo quedé impactada y me puse a intentar hacer ejercicios de matemática. Debo reconocer que era algo que me veía venir: creo no tener ningún recuerdo de él con buena salud. Además tenía ya un aspecto bastante... ¿enfermizo? de por sí... Y lo digo porque yo lo heredé. Tengo una palidez bastante cadavérica (no es por hacerme la darkie, eso ya pasó... quien me conozca puede afirmarlo). Él había zafado de varios ataques al corazón y complicaciones y yo había aceptado su muerte mucho antes de que pasara, cuando hubo una excelente imitación de ella hace unos años, falsa alarma. Lo que me dolió mucho en lo personal fue no haberlo podido conocer más... y me hizo mierda ver mal a mi familia. Esas fueron las repercusiones de su muerte, las de largo plazo y las instantáneas...
Creo que a la muerte de mi abuelo le siguió la del hombre de mi barrio. Sinceramente esas muertes ocurrieron muy cercanas y era una época de puro estrés y debilidad, recuerdo enfermarme muy seguido. En verdad, corroborando fuentes, encontré que la de este hombre fue anterior a la de mi abuelo, en Abril. Estaba una noche hablando con una amiga (la de la amistad incipiente) cuando me dice que parecía que habían matado a un hombre cerca de mi colegio. En eso un amigo -era raro que estuviera conectado a esas horas- me contó que había tiros en la zona de su casa. Enciendo el televisor y me encuentro con un terrible bardo en mi barrio. Recuerdo haberle contado a mi viejo y notado su casi impasibilidad en el rostro, es decir: es un tipo sensible, pero sabía que no había sido el único muerto en el barrio en estos años. La cuestión es que fue una semana de terrible agitación: mi postura ante el asesinato de un padre trabajador de familia a manos de un pendejo menor de edad de una villa de emergencia me aisló y me puso en contra de varias personas en diversas ocasiones. Días de bastante soledad, claro, teniendo en cuenta que la gente de mi entorno -no toda, está bien, pero sí la mayoría- quería pena de muerte y hablaba encarnizadamente, en muchos casos sin saber. Concurrí a la primera marcha que se realizó, al día siguiente del asesinato, y me fui asqueada. Comprendía el dolor de la familia, claro. Pero no eran ellos los que me asqueaban, si no la gente estupidizada creyendo que una única medida de tal violencia acabaría con la violencia; los idiotas cabezas huecas, esos energúmenos que me habían estado jodiendo esos días, caminando luchando por la seguridad... Jajaja, qué ironía. Me molestaba que se hiciera alarde de una unión entre los habitantes del barrio, cuando esa unión era inexistente, salvo, claro, casos excepcionales en los que existe una verdadera solidaridad.
Creo que por Junio llegó la última muerte que me impactó mucho del 2009. Es que las circunstancias fueron extrañas. Era Lunes, estábamos en otro aula por cierto tiempo, nos faltaba tener la última materia (Teoría de las Organizaciones) para irnos. Subió la preceptora, a la cual no le gusta subir las escaleras, a comunicarnos que la profesora no había ido y que estaban intentando averiguar por qué. Algunos festejaron; otros nos quedamos con la espina. No era para nada normal que esa profesora faltara: tenía asistencia perfecta, incluso era la secretaria y se pasaba las horas ahí. El colegio era su vida. Era temida y odiada por muchos, aunque también amada por un sector. Sin dudas una tipa controvertida, me acuerdo de la primera vez que la tuvimos. Fue, oh casualidad, la primera hora del ciclo lectivo 2009, por problemas con un profesor. Cuando apareció en la puerta se hizo el silencio y viajaban miradas de un lado a otro. Teníamos múltiples referencias de que en su clase no podía volar una mosca y de que tenías que estudiar de memoria. Yo me descompuse para la primera prueba con ella, no por nervios, si no por algunos motivos que revelé antes, fueron épocas jodidas. La cuestión es que después la di, me tomó exactamente la misma y me fue bárbaro. Incluso me había halagado en la primera clase y yo me había sorprendido, la verdad es que no tengo un perfil de alumna halagada por profesores estructurados (yo me veía venir antes de empezar las clases que iba a tener terribles problemas con ella, por lo que contaban). Una vez yo tenía todo el pelo revuelto -para variar- y ella, cuando me vio, me preguntó si me había agarrado con alguien. Al final, los recuerdos que tengo de trato directo con ella me hacen gracia, fueron momentos divertidos, creo que más que nada por lo inesperados. Una de las últimas clases que tuvimos yo había terminado una actividad y estaba con los ojos entrecerrados, relajándome, no durmiendo. Cuando los abrí completamente y miré al entorno, e indagué, me enteré de que ella había creído que yo estaba dormida y me había dejado dormir, cosa completamente extraña en ella. También recuerdo la vez que contó sobre sus problemas con los dientes, me quedó muy marcado.
La cuestión es que ahí estábamos, esperando para entrar a los Talleres en contraturno: mi compañera de banco, un amigo y yo. Buscábamos señales en las caras de los profesores y preceptores, hasta que nos convocaron a todos los cursos a la SUM (Sala de Usos Múltiples) y nos dijeron que había fallecido. A mí se me escaparon unas lágrimas, reconozco... Mucha gente cree que soy fría y la verdad es que aunque esto sea falso, si se guiaran por mis síntomas, sería bastante lógico. No soy de llorar mucho. Sin embargo, este año tuve épocas de glándulas sensibles. Me acuerdo de que nos volvimos mi compañera, mi amigo, otro amigo y yo, caminando y charlando sobre el tema. Declaramos que nuestro curso era "yeta" y pensábamos en lo triste de llegar solo a la edad que tenía esta profesora. Triste soledad.
Ahora sí. Receso. Rechazo de algunas salidas, aceptación de otras. Exposición de Dalí en el Abasto con él y un amigo, ése que conocí en Palermo; abandono de la ahora sí infame pizzería en la que solía -y amaba- tomar café con leche y estaba llena de recuerdos; colectivos vacíos; cine; día del amigo bastante extraño con la chica que conocí en la fiesta en Enero, estábamos las dos empacadas con el mundo y nos quisimos juntar. Trasfondo literario: libro "El Anarquismo" de Daniel Guèrin, cuentos de Lovecraft.
Soñé que era una aguja. Chocolates, trabajos prácticos a último momento, cafés y alcohol en gel para una pandemia en la que creía pero me resultaba insoportable su efecto en la gente, tanta paranoia...
Agosto trajo más paranoias y celos y discusiones y problemas e intentos de competencia por gente absolutamente inepta. Intentos de ver las relaciones de otra manera, groupies... dibujos. Sí, no recuerdo si fue en Julio o Agosto ahora, que empecé a dibujar (bueno, a hacer mamarrachos). En ese sentido puedo considerar que el 2009 supuso un avance artístico, me tiré a ese arte para el cual siempre había sido pésima. Empecé haciendo lo que me salía, vomitando bosquejos. Cuando noté que me gustaba me puse a copiar imágenes de otros lugares, como libros de la Biblioteca Roja de Anteojito (sí, señores, me encanta), o de uno de mitología griega para niños de cuando era chiquita -y sabía más de mitos que ahora-, y a jugar con los colores. Trazos gruesos, lápices pasteles, crayones pasteles, capuccinos sola, explicaciones en la casa de un amigo al son de Zeppelin, AC/DC y The Doors. Cafés acompañada, películas acompañada. Creo que fue ese mes en que volví a ver Amèlie, esta vez con él. ¡Ah! y si no me equivoco vino un grupo de teatro a representar "Bodas de Sangre" de García Lorca a mi colegio... qué mañana aquélla. Banda sonora: "If", "Sysyphus I", "The Nile Song", "Ibiza Bar", "Corporal Clegg" de Pink Floyd. Literatura de la época: "El Mercader de Venecia" para el colegio, "Bodas de sangre", "La zapatera prodigiosa".
Septiembre: qué hermoso se lee y suena ese mes. El nombre, digo. La "p" queda muy bien en "Septiembre". No me acuerdo bien, pero sé que seguí con los dibujos, fue su cumpleaños... Mi primera y única vez en el Guitar Hero, andanzas en el Parque Rivadavia, capuccino sola y escritos, salidas con amigos, "Bastardos sin Gloria" en el Abasto. Más celos, más paranoias, más retornos de fantasmas del pasado.
Octubre no es un mes que recuerde particularmente. También estuvo plagado de dibujos y capuccinos, y salidas con él. ExpoUni, casas, fiesta en lo de un amigo, celos y paranoias. Quizás haya visto Coraline, no recuerdo. Café con licor de chocolate...
Noviembre fue estresante. Ya faltaba poco para terminar el colegio: excursión a Wilde, integradoras, lección oral de Derecho, trabajos prácticos, aislamiento, encuentros bochornosos, explicaciones de contabilidad, llamados telefónicos, discusiones, baja autoestima, mosquitos, brownies, cuentos de Poe y leyendas de Bécquer. Lo cerré con la obra musical de "El Fantasma de la Ópera", mi primera vez en una obra de teatro de ese calibre.
Y llegamos a Diciembre, cruzando el Puente Uriburu caminando, con más integradoras y el recital de AC/DC. Mi primer gran recital, en campo y en medio de pleno pogo. Otra vez la única mina en una salida de hombres. Auriculares, cafés, último examen en la Cultural Inglesa. Ateneo y música inquietante, novelas gráficas, andanzas por el centro, Palermo, reafirmaciones de ciertas amistades e intentos de nuevas. Otra vuelta de tuerca, Las penas del joven Werther y Bóvedas de Acero. CD's de Iron Maiden. Cafés y comidas (sí, repetí la palabra "cafés"), nervios, estrés. Otra vuelta de tuerca, pero esta vez no el libro, sino en mi vida. Felicitaciones de mucha gente; decepciones de mis más queridos. Cine, inscripción, entrega de notas. Reflexiones y redescubrimiento... aceptación, resignación y entrega. Turrones y alcohol.

Y así fue mi año. Transcurrió entre películas, enfermedades, música, libros, muertes, manifestaciones, fiestas, salidas, cervezas, gaseosas, casas, dados de más de seis caras, fichas de personajes, almendrados, colectivos. Descubrí muchas cosas, intenté abrir mi mundo, darle oportunidades a ciertos vínculos, ya que empecé a notar degenerados algunos. Nos vemos.

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