ASÍ FUI YO

RARA AVIS - Crónica de la evolución de la demencia de un ente que no quiere reconocerse como ser humano, ya que su misantropía y sentimiento de ser ajena a ellos la supera. ¿Quién saldrá victoriosa de esta tortuosa disputa por el control de la vida de la pobre joven? ¿La hipócrita que el mundo se merece o la sincera? ¿La tonta sacrificada o la harta solitaria? ¡Pasen y vean! Son bienvenidos... enjoy the damned show

II
Crónica de mi eterna espera al despertar, de la vida de Lara, una humana en un gran momento de transición, que dice odiar a la humanidad pero se ve fascinada por cada aspecto de ellos: el cuerpo, la mente, el alma... la locura, la sexualidad, la inocencia, los límites...
Huida garantizada.

domingo, 8 de marzo de 2009

Desorden interminable

(Ohh... esta fotografía no tiene el estilo de mi blog, pero... es una de las pocas que tengo en ámbito colegial)
No sé, realmente no entiendo por qué cada vez que termino un ciclo de algo digo: "Bueno, ahora voy a tener tiempo para organizarme." ¡Mentiiiiira, Lara!". Jamás te organizarás. No sé si está en tu sangre, si está en tu cuerpo. Pero seguís al borde del colapso, y siempre vas a estarlo. Es tu personalidad, entendela. Esa promesa tuya o anhelo imposible de organizarte cada año que comenzás, cada ciclo que empezás, es el equivalente al "Este año sí voy a estudiar" del vago. Bueno, ¿vos qué decís? Si esa promesa también la hacés vos. Sólo que tenés una suerte enorme que te permite aprobar sin prácticamente estudiar, porque estás permanentemente prendida de esta maldita máquina, y si bien no te la pasás afuera como hacen otros vagos, vos recibís la condición de vaga porque tampoco estudiás. Y sos más vaga todavía porque no hacés nada productivo. Ok, vas a colegio semi privado y encima con tintes religiosos... eso te cierra un poco la mente, ¿no? No es por tirarle mierda a ellos. La verdad, hasta ahora no tuve demasiado problema con los profesores que me han dado clases allí. Si criticara a alguien porque se reconoce adepto a ciertas creencias, estaría siendo victimaria de lo que verdaderamente critico: el ser cerrado. Cada uno cree en lo que quiere, en lo que su historia llevó a que creyera. Y no puedo juzgar si sus enseñanzas valen o no, ni tampoco si son "buenas personas" o no por ello. No sólo sería muy necio y desfilfarrador (jajaja, vaya palabra vieja) a causa de que se le puede "sacar jugo a las piedras, por más duras y secas que parezcan". Escuchar historias de vida es apasionante, o al menos para mí. Sino que también sería muy cerrado. Suponer que alguien no tiene nada interesante para decir por su condición religiosa... oh, es absurdo.
Además, a través de estos trece años yendo a ese colegio, desarrollé un interesante sentido de la resistencia -mental, claro-. Está bien, me crié en una burbuja por el hecho de que no he estado en contacto con lo que otros llaman "la realidad", cosa que también me enoja, porque si es que existe la realidad, es múltiple. Es decir, cada uno vive SU realidad. La ve de una forma determinada. ¡Siempre la ve con filtro! Si no es el de nunca haber sufrido una crisis económica, es con el pesimismo de haber sufrido una constante. Y bueno, yo he tenido una vida bastante fácil en cuanto a eso, nunca me faltó nada material básico -ni tan básico tampoco, como ropa que me gusta, y, además de los libros del colegio, otros que he querido comprarme yo-; cariño no me faltó, contención tampoco. Y a falta de problemas exteriores, me surgieron algunos interiores. Muchos estaban en relación íntima con mi posible esencia, otros eran combinaciones, y algunos bastante emparentados con influencias externas. En fin, mi realidad no es cruda, pero conozco realidades variadas a partir de la diversidad de seres dentro de mi curso. Pertenecemos a prácticamente una misma "clase social" pero hay diferencias.
No es que no quiera escribir más. Incluso estoy inspirada (sí, la puta madre, siempre me inspiro el último día antes de empezar las clases), pero... tengo muchas cosas para hacer en esta hora que me queda previa a dormir. Sí, es que estuve todo el verano levantándome a horas como las 12, 13, 14, 15 y 16. Y encima este fin de semana tuve fiebre. Copado, tampoco salí a ningún lado. Pero bueno, terminé un libro y empecé otro. En fin, empecé esto como una carta maldiciéndome y terminé hablando en primera persona.
Saludos, volveré en estos días quizás, con más stress que de costumbre a pesar de que no hago absolutamente nada.

Adiau (me falta el simbolito ese para escribirlo bien en esperanto ¬¬)

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