ASÍ FUI YO

RARA AVIS - Crónica de la evolución de la demencia de un ente que no quiere reconocerse como ser humano, ya que su misantropía y sentimiento de ser ajena a ellos la supera. ¿Quién saldrá victoriosa de esta tortuosa disputa por el control de la vida de la pobre joven? ¿La hipócrita que el mundo se merece o la sincera? ¿La tonta sacrificada o la harta solitaria? ¡Pasen y vean! Son bienvenidos... enjoy the damned show

II
Crónica de mi eterna espera al despertar, de la vida de Lara, una humana en un gran momento de transición, que dice odiar a la humanidad pero se ve fascinada por cada aspecto de ellos: el cuerpo, la mente, el alma... la locura, la sexualidad, la inocencia, los límites...
Huida garantizada.

jueves, 18 de junio de 2009

El círculo vicioso de la comodidad e incapacidad


"Muchos reciben educación. Una menor cantidad la transmite. Pocos la tienen." Anónimo

"¿Cuál es la relación entre...?" dice el profesor. Los alumnos se callan inmediatamente y sus semblantes se tornan algo desconcertados. El profesor hace caso a esta interrupción tácita y la vuelve expresa, diciendo: "Ni siquiera terminé la pregunta. ¡Era con dos conceptos que vimos en clase! ¿Por qué se adelantan siempre? Digo la palabra "relación" y ya se asustan...".
Triste. Es decir, no es una situación conmovedora y que induzca a las lágrimas; pero asusta saber que dentro de dos años esos seres votarán y se convertirán en engranajes fundamentales para el funcionamiento del sistema económico y social. Dejo constancia de que escribo esto en tercera persona porque me refiero a los alumnos de un ejemplo imaginario, y también debo mencionar el no nimio dato de que lo único con carácter ficcional en él es la carencia de nombres (dado que he estado inmersa en una situación semejante). Sin embargo, y a pesar de mi lucha, pertenezco a esta generación, no sólo físicamente, sino además mentalmente -somos como esponjas, absorbemos todo, sea positivo o negativo-. Otra cuestión que me urge aclarar es que el presente ensayo no pretende ser un ataque gratuito a mi generación; sí una crítica al sistema social en su totalidad, así como una invitación a éste a revisar su moral y sus actos, pero particularmente, a mis contemporáneos, para que rajen la pared repulsivamente uniforme que formamos, para que dejemos de ser marionetas de una vez por todas, demostrando verdadera libertad. No soy quién para determinar qué es la libertad en la pureza de su significado, pero al ser éste mi texto en el que tengo pleno derecho a expresar mi pensamiento, me atrevo a decir que ésta reside en la mente y no necesariamente en una conducta repleta de excesos e intentos banales de llamar la atención -como muchos adolescentes creen, gracias a años de tergiversar ese hermoso término-.
Muchas cosas me han llevado a que este tema captara tanto mi atención. Entre otras, situaciones como la que mencioné, y el hecho de preguntarme acerca de qué haré luego de terminar la secundaria. En síntesis, el darme cuenta de que ahora no tengo demasiadas opciones, de que me siento bastante inútil e incapacitada, me frustró. Numerosas veces me han dicho que no iba a costarme demasiado, pero que sí iba a tener que dedicar mucho tiempo en caso de seguir una carrera universitaria. Ahora bien, tenemos otro problema: la gente suele guiarse por las calificaciones.
Las notas. Qué gran engaño. En teoría, ¿qué demuestran? ¿La calidad del desempeño de un alumno en una materia? Creo yo que hoy en día ni siquiera ello: ya están extendidas muchas prácticas de copia, y no se necesita en la mayoría de las materias, de una gran inteligencia. Astucia y algo de buen léxico, es suficiente. En algunas, ¡simple memoria! Cuando se acerca un examen de un profesor que suele hacer pensar un poco más de lo acostumbrado, los alumnos entran en pánico. ¿Por qué? Porque no estamos acostumbrados a pensar. Los exámenes son índices de, en todo caso, habilidad y responsabilidad.
Los programas enviados por el Ministerio "emboban". ¿Los profesores? Pocos tienen la fortaleza suficiente como para soportar si pretenden implementar técnicas innovadoras. Muchos ya han sido educados de esa manera y es difícil darse cuenta del sin sentido de dar contenidos con dudosa aplicación. ¿Los alumnos? Creen en una sociedad materialista, inmersos en los revuelos sociales, y oyendo críticas políticas de seres supuestamente capacitados que ni siquiera tienen idea de lo que hablan. Hablan y hablan, el ser humano habla por hablar... deberíamos aprender el valor del silencio.
¿Las reformas educativas? En las generaciones ya crecidas queda en ellas dejar la huella innovadora en su ámbito, pero se podría hacer algo con las que se inician en la educación. ¿Cuántas reformas hubo ya en el nivel secundario generando mayor incapacidad de la que había? ¿Por qué no se empieza por reformar los niveles iniciales explicando la raíz de la Matemática, para qué sirve en la cotidianeidad; fomentando la lectura y consecuente creatividad; la liberación de los sentimientos mediante el Arte; la importancia de la Ecología; la salud y del conocer nuestros derechos...?
Pero no. Debo estar pidiendo demasiado. Aunque estoy a tiempo: ya que me he dado cuenta de estas cuestiones, es mi deber moral capacitarme realmente, -no cobrar un sueldo por algo que haga mal- ¿cuántos profesionales y universitarios en general, o gente con estudios secundarios no aprovechan su capacidad cerebral?-, e intentar, desde mi lugar pequeño en el Universo, romper este círculo vicioso.-








(Ensayo que hice para Literatura en el colegio x) )

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