ASÍ FUI YO

RARA AVIS - Crónica de la evolución de la demencia de un ente que no quiere reconocerse como ser humano, ya que su misantropía y sentimiento de ser ajena a ellos la supera. ¿Quién saldrá victoriosa de esta tortuosa disputa por el control de la vida de la pobre joven? ¿La hipócrita que el mundo se merece o la sincera? ¿La tonta sacrificada o la harta solitaria? ¡Pasen y vean! Son bienvenidos... enjoy the damned show

II
Crónica de mi eterna espera al despertar, de la vida de Lara, una humana en un gran momento de transición, que dice odiar a la humanidad pero se ve fascinada por cada aspecto de ellos: el cuerpo, la mente, el alma... la locura, la sexualidad, la inocencia, los límites...
Huida garantizada.

sábado, 3 de abril de 2010

fiestas/excusas para morfar y emborracharse


Tema complejo. Yo hice fiesta, aunque no por los mismos motivos que la mayoría de las mujeres. Dudé mucho antes de hacerla, ya que festejar eso no coincide mucho que digamos con mis principios. Fue algo extraño, ese día hubo un poco de mí y otro poco de personaje.
Me gusta ir a fiestas de Quince y siempre me gustó, pero el significado original no me agrada en absoluto. Eso de que se festeja porque hace unos años a partir de los Quince
la "señorita" pasaba a ser mujer y así, era presentada en sociedad para que su padre eligiera quién la poseería (sí, quién la poseería estoy diciendo).
Sin embargo, existe algo que se llama
EVOLUCIÓN y que hace que el pensamiento a través del tiempo cambie. La generación actual quizás le dé otro sentido a las fiestas de 15, pero yo para hacerle frente y no dejar dudas acerca de mi enfrentamiento con ese origen, no entré con mi papá ni tampoco bailé el Vals con él (ni con nadie).
Tampoco quería entrar. No me gustan las entradas convencionales, al menos para mí, ya que no tengo ningún delirio de princesa
(me parece que la vida de princesa no debe ser muy agradable, miren el simple ejemplo de Lady Di); tampoco me agrada la música lenta ni emotiva para hacerlo, ya que no tiene sentido ver cómo todos lloran (¿llorar porque una chica cumple 15? ni que viviéramos en la Edad Media señores, yo creo que hay emociones escondidas ahí), ni quise que todos se pararan y me recibieran de ese modo (no descubrí la cura para ninguna enfermedad grave). Por ello, decidí hacer algo diferente, entrar riendo y caminando rápido (tampoco quería hacerlo corriendo y haciéndome la estrella) y pasar a saludar por las mesas.
Además de esas cosas, otra de las razones que me decía que no hiciera fiesta, era el
"derroche" de dinero que supone, así como el esfuerzo y la preparación que requiere. Eso es algo que sigo cuestionando... ya que de esa manera estoy alimentando el consumismo, e invirtiendo en cosas superfluas mientras podía estar invirtiendo en otras más productivas. Sin embargo, a la fiesta le di el significado que yo quise, de ese modo, justifiqué la inversión (aunque no del todo, es algo que SIGO CUESTIONANDO, repito) con el hecho de haber pasado bien unas horas y haber realizado algo un tanto diferente, que impactó en cierto modo a algunas personas seguidoras de las fiestas tradicionales. Y bueno, eso deja un "buen sabor".
Otra de las cosas que tenía en contra para hacer fiesta, era la música. Sí, no me agrada la cumbia. Respeto a quienes la escuchan, incluso tengo amigos que lo hacen. En realidad odio las líricas de la cumbia (los ritmos no los escucharía, pero no me molestan). Ni siquiera odio las líricas de toda la cumbia (y del reggaeton también), si no de algunas canciones (la mayoría, creo yo) que
denigran a las mujeres y las toman como objetos sexuales. Eso complicó las tandas de baile, ya que como a la mayoría de mis compañeros les gusta para bailar, me "sentí obligada" a poner algo de ese género(de hecho, prohibí que pasaran algunos temas). Afortunadamente, llevé algunos discos con música que quería bailar y escuchar, y pude personalizar un poco el tema musical.
El tema "Fotos". Otro tema complicado. La mayoría de las fotos que había visto de "quinceañeras" eran o muy dulces o muy sexuales, y a decir verdad, eso no es de mi agrado. La falta de dulzura y mi vergüenza, además de mis preferencias por la estética gótica, provocaron que fuera un tema difícil también.
En fin, las cosas que tenía en contra para hacer la fiesta eran más que las que tenía a favor. La única que quizás formaba parte de las últimas, era que todos los años festejé mi cumpleaños y vivo en un lugar chico, por lo cual no tenía suficiente lugar. Otra fue también la posibilidad de arrepentirme de no haberla realizado.


[8 de Enero 2008]

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